Danza Mojigangas
Municipio de
Funes.
Esta es una danza tradicional,
conformada por una comparsa ceremonial
que data de cien años aproximadamente y que pasa de generación en
generación entre campesinos de todas las
edades que hacen la promesa de participar en la comparsa. Es una danza
en honor a San José, santo patrono de estas festividades y se denomina ritual de
la cera.
Participan solamente hombres en agotadoras jornadas de bailes y
festejos que pueden durar varios
días.
Ritual de la
Cera.
Los festejos se realizan en el mes
de febrero en el municipio de Funes. Se comienza con una alborada en la
madrugada, luego se celebra la misa en la iglesia del pueblo, se hace alabanza y
se ofrece la jornada de fiesta al patrono San José, se procede a cargar el santo
en procesión y los danzantes van alborozados en el recorrido, se visitan de casa
en casa a los fiesteros programados que pueden ser de ocho a diez, al llegar a cada casa
ejecutan las danzas después de agradecer a la familia anfitriona y se presenta
al santo para que bendiga la casa. Luego se procede a degustar los platos
típicos de la región bebiendo chicha de maíz fermentada con piña. En esta
comparsa participan grupos aproximadamente treinta hombres con bailes colectivos
y con coreografías predeterminadas.
Trajes.
Los hombres llevan pantalón negro,
camisa blanca o de colores, ruana de lana tejida y terciada, sombrero de paño o
paja toquilla adornados con cintas de colores y espejos o pañuelos, alpargatas
con capellada en hilo blanco. Los hombres que se travisten de mujeres, llevan
pañolones finamente bordados, blusa blanca, falda o follón tradicional de paño,
cunche o enagua de lana en vistosos colores y alpargates con capellado en hilos
de colores y sombrero de paño.
Instrumentos musicales
La comparsa de Funes se acompaña con
la banda de yegua, compuesta por instrumentos membranófonos o de percusión, como
bombo, redoblante, maracas y carrascas, aerófonos como flauta traversa y hoja de
naranjo, quenas y penachos e instrumentos cordófonos como requinto, violín,
guitarra y charangos.

Danza de la Vaca Loca
Esta es una danza folclórica que
tiene sus orígenes en el municipio de Ancuya, hace aproximadamente ochenta años,
heredada por Antonio Rosero, mas conocido como el Camión, de su padre,
reconocido polvorero de la región, que inició con el ritual de danzar llevando
juegos pirotécnicos encendidos en su espalda. En vista de que en todas las
fiestas de pueblos hay pólvora, se comenzó a difundir por gran parte de Nariño
esta danza de la vaca loca.
Participan en el baile un grupo de
parejas del pueblo que representan al carguero de la vaca loca y al infaltable
borracho que se arriesga a molestar al animal. Se desarrolla en espacios
abiertos o en recintos cubiertos muy amplios y se presenta en fiestas patronales
o eventos colectivos
Trajes
El hombre usa pantalón negro, camisa
de color claro, alpargatas, sombrero de paño y ruana de lana, utilizada como
arma de defensa ante la embestida de la vaca y para cubrir a su pareja evitando
accidentes.
La mujer usa falda o follón de paño,
cunche o enagua de lana en vistosos colores, blusa blanca, alpargate de colores,
sombrero de paño y no utiliza el pañolón tejido, por que dificulta los
movimientos rápidos y puede ser un peligro con la pólvora.
La vaca loca existe en tres
versiones: la artesanal lleva figuras decorativas en barniz, cuero repujado,
cestería, paja toquilla etc., la vaca de premios está cargada de regalos
finamente empacados, los cuales son arrancados por los participantes, y la vaca
loca de pólvora lleva un cordón de antorchas, cuetes, velas romanas, totes,
volantines y papas, en su base tiene un cuero de vaca que protege al carguero y
dos cuernos encendidos en la cabeza.
Instrumentos
musicales.
Esta danza está acompañada
generalmente por la banda municipal, conformada por instrumentos aerófonos, como
trompetas, clarinetes, tubas o bombardas, membranófonos como redoblante, bombo,
barítono, y se complementan con instrumentos cordófonos folclóricos como
guitarra, requinto, que llevan la base rítmica de maracas, carrascas en mates,
totumos estriados, charangos y quenas.

Dada la naturaleza del ritmo , este se interpretó primero contra los invasores patriotas, durante las batallas realistas y después ya convertido en himno de libertad, contra los reductos realistas en el Perú. En efecto los sones de esta canción resonaron entre las huestes de Don Basilio García en la batalla de Bomboná contra Bolivar. Luego según la versión del coronel Manuel Antonio López, al ser interpretada por la banda del Batallón Voltígeros de la Guardia,[2] animaría la estruendosa victoria de los patriotas frente a los realistas en Ayacucho, con la cual se sellaría la libertad americana. Finalmente volvería a sonar entre las tropas colombianas en la Batalla de Cuaspud, enardeciendo los espíritus de los bravos pastusos que con su sangre regaron esos campos.[3]
En el Siglo XX, la obra nuevamente sería interpretada durante la Guerra de los Mil Días entre los combatientes de las provincias de Pasto y Obando (no existía el departamento de Nariño) fieles al gobierno. Su misión además de combatir a las fuerzas liberales colombianas, era evitar que tropas ecuatorianas del caudillo liberal Eloy Alfaro, entraran a Colombia para apoyar la causa de su amigo el general Benjamín Herrera.[
Durante la Guerra colombo-peruana de 1932, sus notas volvieron a llenar de coraje a las tropas Pastusas y Nariñenses que conformaron la primera avanzada del Ejército Colombiano, mientras llegaban los refuerzos del interior del país.
En el año 2007, la Orquesta Filarmónica de Bogotá incluyó esta pieza dentro del proyecto ganador del Grammy Latino 2008 al mejor álbum instrumental: "La Orquesta Filarmónica de Bogotá: es Colombia",[ con arreglos instrumentales a cargo del maestro Fabio Londoño.
Actualmente y en épocas de paz, la Guaneña se interpreta en las fiestas religiosas, durante los partidos del Deportivo Pasto y en época del Carnaval de Negros y Blancos, en San Juan de Pasto y en todos los municipios de la sierra nariñense.

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